jueves, 23 de febrero de 2012

Escribir para sanar


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Por casi 20 años el Dr. James W. Pennebaker le ha dado una tarea a la gente: Escribir sus más profundos sentimientos sobre un trauma emocional que haya tenido en su vida por 15 o 20 minutos al día por cuatro días consecutivos. Muchos de los que siguieron estas simples instrucciones han encontrado su sistema inmune fortalecido. Otros han visto mejorar sus calificaciones. A veces vidas enteras han cambiado.

Marsha Miller
Dr. Pennebaker
Pennebaker, un profesor en el Departamento de Psicología en la Universidad de Austin, Texas y autor de varios libros, incluyendo Opening Up y Writing to Heal, es un pionero en el estudio del uso de la escritura expresiva como una ruta para la curación. Sus investigaciones han mostrado que la escritura enfocada a corto plazo puede tener un efecto beneficioso en todo el mundo desde aquellos lidiando con enfermedades terminales, víctimas de crímenes violentos hasta estudiantes universitarios enfrentándose a la transición de los primeros años.

"Cuando a la gente se le da la oportunidad de escribir sobre sus conmociones emocionales, frecuentemente experimentan una mejora en su salud" dice Pennebaker. " Van menos al médico. Tiene cambios en su función inmune. Si están en los primeros años de la universidad sus notas suben. Las personas nos cuentan pasados unos meses que ha sido de mucho beneficio para ellos."

En su investigación Pennebaker estaba interesado en cómo las personas que tienen profundos secretos son más susceptibles a una variedad de problemas de salud. Si pudieras encontrar una forma de que las personas compartan sus secretos, ¿mejorarían sus problemas de salud?
Resulta que frecuentemente mejorarían, y que no era necesario para estas personas decir sus secretos a alguien más. El simple acto de escribir sobre esos secretos, incluso si destruyen el escrito breve tiempo después, tiene un efecto positivo sobre la salud. Estudios posteriores mostraron que los beneficios no se manifestaban solamente en aquellos que tenían secretos enterrados, sino que estos beneficios también se podían acumular en los que estaban tratando con divorcios, despidos o incluso lidiando con un trayecto difícil al trabajo.

"Los trastornos emocionales tocan cada parte de nuestras vidas" explica Pennebaker. "
Tú no solo pierdes un trabajo, no solo te divorcias. Estas cosas afectan cada uno de los aspectos de quien somos - nuestra situación financiera, nuestras relaciones con los otros, nuestros puntos de vista de sí mismos, nuestros problemas de vida o muerte. Escribir ayuda a enfocarse y a organizar la experiencia".

Nuestras mentes están diseñadas para tratar de entender las cosas que nos suceden. Cuando un evento traumático ocurre o cuando se produce una transición mayor en la vida, nuestras mentes tienen que trabajar sobretiempo para tratar de procesar la experiencia. Los pensamientos sobre el evento pueden tenernos con insomnio, distraernos del trabajo e incluso hacernos menos conectados con otras personas.

Cuando trasladamos una experiencia en lenguaje la estamos haciendo accesible esencialmente. Los individuos pueden ver mejoras en lo que es llamado "memoria de trabajo", la cual es esencialmente nuestra habilidad para pensar más de una cosa a la vez. También encuentran que son capaces de dormir mejor. Nuestras conexiones sociales pueden mejorar parcialmente porque tienen mayor habilidad para enfocarse en alguien más aparte de sí mismos.


Si escribir puede tener tal efecto dramático en nuestras vidas, ¿no significa eso que sería mejor llevar un diario? No necesariamente dice Pennebaker. Mientras su trabajo no es inconsistente con llevar un diario, actúa más como una corrección de curso. Permite a la gente detenerse por un momento y evaluar sus vidas.

"¡No estoy convencido que escribir todos los días sea una buena idea!" Dice Pennebaker. " No estoy convencido que la gente deba escribir sobre un evento horrible más de un par de semanas. Corres el riesgo de tener una visión centrada en tu ombligo o entrar en un ciclo de autocompasión. Pero deteniéndose en el aquí y el ahora y evaluando dónde estás en la vida es muy importante".

La investigación de Pannebakker está beneficiando a personas fuera de las que participan de sus estudios. En 2004 publicó Escribir para sanar: un diario dirigido a recuperarse del trauma y el trastorno emocional. El libro está dirigido a una audiencia general y ofrece elementos en escritura y curación así como numerosos ejercicios que cualquiera que es capaz de agarrar un lápiz y papel puede llevar a cabo. Personas de todo el país le están dando una probada.

The Charlotte, en Carolina del Norte -una compañía basada en WordPlay recientemente ofreció un taller titulado "Escribir para Sanar" que toma prestado una buena parte del trabajo de Pennebaker. Los participantes no eran necesariamente personas que venía a escribir con la intención de publicar. Pero cada uno trajo a la vida eventos que esperaban trabajar, bien un trauma en la niñez o una reciente batalla con el cáncer. El instructor Ryan Griffin dijo que cada uno de los estudiantes salió sintiendo que la escritura había hecho la diferencia en su experiencia.

"Se fueron con un nuevo sentido del poder de las palabras" dijo ella. "Verdaderamente ganaron acceso a usar el lenguaje como una herramienta curativa de una forma que nunca había sido usada antes.
A través de la escritura ellos se volvieron creadores activos de las historias de su vida. No son simplemente personas a las que algo malo o doloroso les ha sucedido"

Pennebaker ha estado investigando específicamente como las personas usan el lenguaje en sus escritos y si ciertas aproximaciones al lenguaje se traduce en grandes beneficios de la escritura. Para hacer esto, él y sus colegas desarrollaron programas de análisis textual llamado "Investigación lingüística y conteo de palabras" (LIWC en sus siglas en inglés). Usando LIWC ellos pueden explorar los tipos de palabras que las personas usan en sus escritos y han descubierto algunos patrones interesantes. 

"Las personas que son capaces de construir una historia, de construir algún tipo de narrativa en el curso de su escritura parecen beneficiarse más que aquellos que no lo hacen". Dice Pannebaker, "en otras palabras, si en el primer día de escritura, las historias de las personas no son muy estructuradas o coherentes, pero en los tres o cuatro días siguientes ellos son capaces de producir una historia más estructurada, parecen beneficiarse más" 

Ir hilando una historia de una experiencia confusa y complicada puede hacer la experiencia más manejable. Lingüísticamente, Pennebaker busca palabras que están asociadas con un pensamiento más complejo, incluyendo ciertas preposiciones tales como "excepto", "sin" y "evitar" y palabras casuales tales como "causa", "efecto" y "racional". Un incremento en este tipo de palabras en el proceso de escritura sugiere que la experiencia se está haciendo más clara y más narrativa.

Pennebaker también ha encontrado que la habilidad para cambiar perspectivas durante el curso de la escritura es también un potente indicador de cuán bueno el acto de escribir beneficiará a un individuo. Usando LIWC, el puede revisar los tipos de pronombre que un individuo usa. Un cambio en los pronombres significa un cambio en perspectiva.

"Entonces un día ellos pueden estar pensando en cómo se sienten y en cómo lo ven," dice, "pero al día siguiente pueden hablar con otros de lo que le está pasando, bien sea a su familia, un perpetrador o alguien más. Siendo capaz de ir hacia atrás y hacia adelante es un poderoso indicador de su progreso"

" No es claro si las personas que son capaces de construir narrativas y cambiar perspectivas se puedan guiar para hacerlo de esta manera en su escritura, o el simple hecho de hacerlo es una reflexión de un proceso emergente de curación para ellos. En Escribir para Sanar, sin embargo, Pennebaker ofrece ejercicios para ayudar a las personas a experimentar con nuevas habilidades. Después de los cuatro días de escritura, los individuos pueden analizar su propia escritura y tratar de escribir desde diferentes perspectivas.

Griffin usó el ejercicio de Pennebaker para cambiar perspectivas en sus clases y encontró que es una de las cosas más profundas que sus estudiantes hicieron. "Estaba muy sorprendida por cuán maravillado estaba todo el mundo después de escribir sobre un evento desde más de una perspectiva", dijo. " Hizo una gran diferencia para ellos en el sentido de la historia hacerlo, estaban sorprendidos por el poder que adquirieron." 

Pennebaker señaló rápidamente que
el acto de confesar o expresar el trauma ha sido parte del proceso de curación de virtualmente todas las culturas, desde los indígenas nativos americanos a aquellas basadas en creencias religiosas occidentales y orientales.

Él también nota que escribir debe ser usado con precaución. No recomienda escribir  demasiado pronto después de un trauma y dice que si el asunto parece ser demasiado emocional para manejarlo, no trate de abordarlo hasta estar listo. Los efectos de escribir pueden ser sutiles, pero a veces puede ser dramáticos.

Como un ejemplo, Pennebaker nos cuenta de una jovencita con la que el trabajo quien había perdido su marido repentinamente en un accidente. Ella fue elogiada por sus colegas en la Universidad por su coraje y quietud al manejar la muerte de su esposo. Ella vino donde Pennekaer porque ya sentía que necesitaba escribir sobre su pérdida. Los últimos dos días de su escritura dijo que estaba transformada. En los dos meses siguientes la mujer había abandonado la Universidad y había regresado a su pueblo. La experiencia de escribir la había hecho darse cuenta que estaba en un camino de vida que no quería más y que había estado poniendo una alegre y falsa fachada a sus amigos.

"Como un investigador, puedo decir que aquí tenemos una técnica que hace a un individuo abandonar la escuela, detener la lucha de adquirir un grado académico más avanzado regresar a casa", dice Pennebaker. "Fue un cambio dramático, y suena como una falla. Pero desde la perspectiva de ella, no lo fue."
 
De hecho, la mujer sintió que aquellos días de escritura habían salvado su vida.


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