jueves, 20 de febrero de 2014

Espantar las preocupaciones

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¿Sientes que no disfrutas los buenos momentos de tu vida porque siempre estás preocupado(a) por algo?¿Piensas casi permanentemente en el futuro de tus hijos, en problemas económicos o de salud? ¿Esos pensamientos hacen que te cueste conciliar el sueño? ¿La mayor parte del tiempo te sientes amargado por diferentes problemas?

Es necesario que aprendamos a liberarnos de esos pensamientos negativos y que aprendamos a vivir plenamente, aprovechando todo lo bueno que la vida tiene para ofrecernos. Si te sientes abrumado(a) por las preocupaciones, este artículo es para ti.

¿Por qué nos preocupamos tanto?

Muchas personas se preocupan porque creen que esta es la mejor manera de prevenir o resolver los problemas. Sienten que si no se preocupan, están siendo irresponsables. Si no piensan en los problemas o posibles problemas, éstos aparecerán y traerán graves consecuencias.

Si bien es cierto que un cierto grado de preocupación nos ayuda a evitar o resolver algunas situaciones, la preocupación exagerada, la que nos impide relajarnos para disfrutar de un bonito día de sol o de una fiesta, no aporta nada positivo a nuestra vida, sino todo lo contrario.

No es útil preocuparse cuando…

…se trata de una situación del pasado. Es obvio que no se puede hacer nada para cambiar lo que ya sucedió. Lo que sí se puede hacer es aprender del error o intentar mejorar las consecuencias en el presente, pero no se puede modificar el pasado.

…es un problema que no tiene solución, o cuya solución no está en nuestras manos. Si no podemos hacer nada al respecto, la preocupación no tiene sentido, ¿verdad? Claro, no es tan sencillo, pero debemos hacer el esfuerzo de abandonar esos pensamientos negativos e improductivos que nos amargan el día.

…es un problema que tiene solución. Si puedes hacer algo respecto del problema que te preocupa, entonces deja de preocuparte y ponte manos a la obra. En otras palabras: haz lo que tengas que hacer. Si la solución no está en tus manos, luego de hacer todo lo que esté a tu alcance, deja de preocuparte, pues ya hiciste todo lo que podías.

Claves para dejar las preocupaciones de lado

Este es un ejercicio que puede ayudarte a mirar los problemas con mayor objetividad y a lograr que las preocupaciones no invadan tus pensamientos permanentemente.

1. Primero, describe el problema que te preocupa, con lujo de detalles.

2. Luego, escribe todo lo que crees que podría suceder.

3. Lee lo que has escrito y trata de pensar objetivamente. ¿No estarás exagerando un poco sobre las consecuencias que podría tener el problema?

4. Intenta pensar en lo que diría de esto la persona que más admiras. ¿Cuáles son las diferencias, en comparación con lo que tú piensas?

5. Tacha lo que quizás podría ser un poco exagerado y, probablemente, verás que el problema no es tan grave como parecía en un principio.


Y para finalizar, algunos otros consejos para minimizar las preocupaciones y disfrutar de la vida:

- Enfócate en los pensamientos positivos. Cada vez que te sientas preocupado por algo, concéntrate en cambiar ese pensamiento por uno positivo.

- Disfruta lo que sí tienes y agradécelo. Todos tenemos razones para sentirnos bien; solo es una decisión que debes tomar: enfocarte en aquello que sí tienes y no en lo que te falta. Los motivos para ser agradecido son muy personales, pero puedes disfrutar y agradecer, por ejemplo, el hecho de tener un hogar, una familia, que puedes sentir el sol en tu rostro, que puedes disfrutar de una ducha caliente, entre muchas otras cosas más.

- Ten la seguridad de que cualquier problema que se presente, podrás resolverlo o superarlo. La preocupación muchas veces viene del miedo. El miedo nos hace ver cada problema más grande de lo que realmente es. Una clave: vernos y sentirnos nosotros mismos más grandes que el problema en cuestión. Para ello es necesario tener confianza en uno mismo y saber que no hay adversidad que no seamos capaces de superar.

- Busca ayuda. Si en verdad te sientes tan agobiado por las preocupaciones y los problemas que no puedes ser feliz por eso, a pesar de haberlo intentado, quizás sea el momento de buscar ayuda profesional.

Y nunca olvides lo siguiente: aunque a veces nos cueste ver esto con claridad, estar bien y ser feliz son decisiones que se toman. Debemos hacernos conscientes del gran poder que está dentro de cada uno de nosotros. Cuando nos proponemos algo, solo debemos tener confianza en que lo podemos lograr y hacer lo que corresponda para conseguirlo.



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