lunes, 25 de abril de 2016

Ejercitar la psicología positiva


La felicidad a pesar de ser relativa es altamente codiciada. ¿El problema? Saber cómo obtenerla. En Medciencia ya os hemos hablado en varias ocasiones de ella: Os hablamos de cómo aumentar de forma natural los niveles de serotonina (neurotransmisor relacionado con las emociones), os hablamos de por qué nos es difícil alcanzar la felicidad y cómo hacerlo y además os dimos una lista de 10 consejos para ayudaros a obtenerla. Hoy os vamos a dar unos ejercicios adicionales que provienen de la psicología positiva y que tienen el propósito de aumentar la felicidad y el bienestar a la vez que favorecer un insight (entendido como autoconocimiento y crecimiento personal).

La psicología positiva:

Esta disciplina surgió durante los años 90 al observarse que la psicología tradicionalmente se había enfocado solo en los aspectos negativos o patológicos del ser humano, en cómo corregirlos pero sin embargo había dejado de lado el potenciar los aspectos saludables. Así pues esta disciplina impulsada por el trabajo del profesor Martin Seligman centra su atención en potenciar aspectos positivos del ser humano (como son la creatividad, resiliencia, inteligencia emocional, etc…) para promover o aumentar el bienestar y la felicidad en la persona. Es una disciplina que se centra en las virtudes y fortalezas del ser humano.

La psicología positiva nos anima a cuestionarnos que pensamientos y acciones podemos cambiar para ser más felices. La idea es que debemos cultivar emociones positivas, alimentar y cuidar de las relaciones sociales y realizar actos de bondad.

Si os interesa podéis acceder a la web del propio Martin Seligman dedicada a la psicología positiva (Authentic Happiness), en ella podéis encontrar cuestionarios varios para evaluar vuestros propios niveles en varios aspectos así como vídeos sobre el tema (aunque hay la opción de cambiar el idioma de la web del inglés al español la verdad es que no todo está traducido).

Los ejercicios:


  1. Tres cosas divertidas: Escoge tres cosas divertidas que hayan ocurrido en tu día y por qué ocurrieron: ¿Fuiste tu que las causaste directamente, fue algo espontáneo o fue otra persona? La capacidad de reírse de uno mismo y de la adversidad es algo muy positivo, poder relativizar y no tomarnos las cosas demasiado en serio.
  2. Escribir un diario: Aparte de ser una herramienta de auto-reflexión muy poderosa también nos permite documentar los cambios positivos en nuestra forma de pensar y en nuestras acciones. Es un método útil para superar emociones negativas, expresarlas de forma sana y transicionar a un estado más positivo. Para las narraciones de cosas positivas o logros procura incluir estos apartados: ¿Qué ocurrió?, ¿Por qué ocurrió?, ¿Qué hice bien?, ¿Cómo ayudé a que eso ocurriera?. Para las narraciones de problemas: ¿Cómo me esta esto obstaculizando?, ¿Que pensamientos y acciones puedo llevar a cabo para salir de ese obstáculo, para vencerlo?, es decir, enfócalo como una herramienta de solución de problemas.
  3. Escribir un diario del futuro: Cierra los ojos y visualiza tu futuro. Céntrate en las diferencias con el momento presente y en cómo conseguirás esos cambios, esas metas. Céntrate en cómo te sientes en ese futuro y en cómo responden los demás a ese nuevo tú. Posteriormente piensa en cómo utilizarás las técnicas y hábitos que estás aprendiendo en el camino para ayudar a los demás.
  4. Contar los gestos de bondad: Lleva la cuenta de los actos generosos o bondadosos que realizas durante el día y aquellos que observas. Sonreír a la gente, ayudar a alguien a cruzar, recoger algo que se le ha caído a la persona de enfrente, etc…
  5. Visita de gratitud: Piensa en alguien al que tengas algo que agradecer, que te haya ayudado, que ha sido amable o bondadoso contigo. No familiares ni pareja. Escríbele una carta a esta persona, explicándole cómo te han ayudado y el impacto de su influencia, su conducta y su gratitud en ti. Queda con esa persona, léele la carta y posteriormente regálasela.
  6. Cultiva una perspectiva positiva: Intenta cambiar tu punto de vista cuando te asalten pensamientos negativos, busca algo positivo o bondadoso a tu alrededor. Si sientes ansiedad observa las flores a tu alrededor, escucha los pájaros, siente el aire que roza tu piel, observa a la gente de la calle, los niños riendo, las familias paseando. Todos sufrimos pero frecuentemente los pensamientos negativos son inútiles, no resuelven la situación (si es que esta es real y no un pensamiento en sí) y nos hacen sentir peor. Las emociones no son hechos y podemos cambiarlas si nos esforzamos.

Con la práctica estos procesos de observar lo positivo, ser más resilientes y generosos, etc… se vuelven automáticos, el cerebro aprende a corregirse mejor, a cambiar el chip cuando está negativo y ello se debe a que sabemos reconocer cada vez mejor cuando los pensamientos toman la dirección equivocada. La observación lleva a la detección y esta a la posible modificación.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de llamar al teléfono de la esperanza de Aragón y entre pitidos y demás se me ha agotado el saldo de la tarjeta. Menos mal que no tengo valor para suicidarme, si no... Menuda pérdida! Vaya vergüenza de servicio, ni siquiera es gratuito. (Supongo que este mensaje lo filtraran y no lo publicaran para no dar mala imagen...) Un saludo de una persona que no tiene el valor de suicidarse.

Teléfono de la Esperanza dijo...

Hola,
Vemos que te ha supuesto un gran trastorno lo que te ha ocurrido con la llamada frustrada. Desde un teléfono fijo, la llamada sí suele ser gratuita. Te animamos a que vuelvas a intentarlo si quieres y puedes. Mientras hay esperanza, todos los problemas son relativos. Un cordial saludo