“La soledad es un buen lugar para encontrarse, pero muy malo para quedarse”.
Son las 4 de la mañana. Sí, es esa hora. No puedo dormir. He pasado el día rodeado de gente. Hablando, riéndome, escuchándola y pasándolo bien. Pero hoy mi cerebro me está haciendo pasar una mala jugada
Hoy me han comentado, que siempre habían admirado de mí, que pudiera estar tanto tiempo solo, que podía pasar tiempo en mis cosas, centrado en ellas y ahora más que más, decían que había incorporado en mi la soledad del escritor. Me decían que jamás había conocido a nadie que le gustase la soledad y yo sin abrir la boca. Tengo momentos en los que me gusta la soledad pero en otros, pues NO... La verdad que no tengo pintas de bohemio ni nada así, más bien al revés.
Y estamos aquí, tapados con la manta y el portátil, pensando en la soledad y cómo nos relacionamos con ella.
Para unos la soledad, puede ser un remanso de calma y paz, ya que habrán pasado seguramente alguna situación difícil que la soledad, sea un gran recompensa. Para otros la soledad, significa vacio, ansiedad, estrés… es decir sienten que están sufriendo una grave condena. Para unas personas, la soledad es una gran aliada, su mejor compañera y para otros, es una gran pesadilla.
Cada vez se oye más una frase que dice así: “Aunque estoy rodeado de mucha gente, me encuentro solo”. Y aunque estemos rodeado de gentes, llenos de tecnologías que nos une con amigos que estan a muchos kilómetros de distancia, luego cuando nos metemos en la cama, y pensamos en el día, nos damos cuenta, que nuestra única compañera, es la soledad.
Me gustaría proponer un pequeño juego: Cuando llegas a casa y estas solo, o vas a estar un tiempo prolongado solo, ¿Qué haces nada más entrar a tu casa? ¿Ponerte a leer o poner la televisión para aparentar que hay alguien en casa?. Puede parecerte algo simple, pero es muy esclarecedor..
Si realmente necesitas oír ruido en tu casa, mi experiencia me ha dicho, que te da miedo estar a solas contigo mismo. Y yo claro que sigo, teniendo días en los que necesito ruido en mi casa.
Me he dado cuenta, que la soledad, es como cuando las madres quieren que pruebes una nueva comida y no quieres, hasta que no la pruebes la tendrás en el plato. O la aceptas o estarás siempre rechazándola con todo lo que te puede provocar. Aceptarla te ayudará a romper las cadenas de la dependencia de los demás y sobre todo conocernos más.
Para no tener por compañera de viaje a la soledad, hemos hecho grandes locuras. Salir por ahí con personas que no aguantamos por no estar en casa, ir al cine solamente para sentirnos acompañado por la gente de la sala, acostarnos con la persona incorrecta para sentirnos queridos aunque sea por un rato, empezar a salir con personas que al mes nos hemos preguntando: “ ¿Por qué me he metido en esta relación?”, solamente por no oírnos decirnos o a nuestra familia, situaciones como esta : “Pues con los años que tienes ya es hora que te eches pareja, que se te va a pasar el arroz”… y muchas cosas más..
¿Y tú qué has llegado a hacer por no decirte que realmente estabas solo?
Hasta hace poco, pensaba que no tenía a nadie con la que poder compartir todos los sentimientos y lo que me estaba pasando, me sentía solo, no podía compartir mis sentimientos con nadie y gracias a la soledad, entre otras cosas, he descubierto gente con la que sí puedo hacerlo y he mejorado mi relación con alguna persona importante en mi vida.
Cuando nos sentimos solos, me daba cuenta que cuando veía a una persona, le echaba un discurso más largo que los de Fidel Castro, dándome igual lo que decía la otra persona, tal cual. Yo quería desahogarme y punto. Hay que cambiar el chip totalmente si queremos sentirnos en unión con la otra persona, es decir, escúchala de verdad, te aseguro que tus relaciones cambiarán radicalmente.
Pero me estoy dando cuenta de una cosa. Yo la llamo, “la soledad del incomprendido“. A través de las entrevistas y lo que estoy viviendo yo en estos momentos, cuando emprendes un reto diferente en tu vida, te sientes incomprendido por los demás, como un bicho raro y la mayoría de las veces, no encuentras ningún apoyo en la gente de tu alrededor. Te encuentras en un desierto con altas dunas a superar y de vez en cuando necesitarías ese aliento externo, pero la gente que se encuentra en él, con la convicción de que lo superaran, lo acaban haciendo. Y ya no hablemos de la incomprensión cuando padeces una enfermedad, todavía no diagnosticada y te ven con ojos de que te lo estás inventando o estás loco; o de la incomprensión por estar parado. Sí, es así. Si te dicen para animarte que estén mal las cosas, gente que tienen la suerte de estar trabajando o tus padres. No viven la situación que estás pasando, la desesperación de no encontrar trabajo, el no tener dinero para poder desarrollar tu vida, de los rechazos antes las entrevistas que haces, el estrés que te provoca y el desánimo. Lo hacen con su buena intención, pero la empatía en esos momentos brilla por su ausencia. El desempleado se siente solo engullido por la desidia y desesperación.
¿Y tú te has encontrado o lo estás en tus retos?
Durante la conversación, me preguntaron que si me aburría tanto tiempo solo y he respondido que NO. Y es así, muy rara vez me aburro, leo mucho, escribo, veo películas, vídeos de conferencias… la verdad que no paro. Claro que tengo días que me aburro… Pero la soledad, que no es buscada, la intento convertir en mi compañera, en un pequeño refugio personal. No es fácil, para nada, pero es mejor convertirla en tu compañera que no estar rechazándola en todo momento.
Aceptar la soledad, implica proclamar que eres vulnerable. Pero en estos momentos que vivimos, abrir tu corazón y decirlo, es algo muy extraño. Nos da miedo, vergüenza , y sentirnos débiles desde pequeños nos han dicho que es de cobardes. Como dice la canción de Bosé, “Los chicos no lloran solo pueden pelear…”. Muéstrate tal cual eres y te lo digo, tu unión con las personas cambiará totalmente. Así que nada de ocultar una parte de ti, los beneficios son incalculables.
¿Te da miedo sentirte vulnerable?
No sé qué hora es, pero ahora la soledad me abandona y viene otro amigo a mi lado, el sueño. Así que antes que me gane, me gustaría acabar con una frase que siempre me ha gustado de Becquer: “La soledad es muy hermosa… cuando se tiene a alguien a quien decírselo”.
¿Te sientes solo? ¿Eres feliz aun no teniendo pareja? ¿Es necesario el amor de una pareja? ¿Qué será de nuestra vida si lo único que la ha llenado el deseo de encontrar una pareja? ¿Has exigido alguna vez amor para no encontrarte solo?
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