viernes, 20 de julio de 2012

La consciencia del corazón (IV)


Con nuestras disculpas por este mes y medio de silencio, volvemos con la última parte del artículo "La consciencia del corazón"

 Heart

9. Mente no local

Ian Stevenson, un psiquiatra de la Universidad de Virginia que, como Pearsall, murió hace ahora un par de años, pasó los últimos 50 coleccionando testimonios de niños que recuerdan memorias de vidas pasadas. Su extraordinaria y paciente labor ha conseguido establecer una base sólida de estudio y de investigación en un campo tan misterioso como desconocido. Los niños describen vidas recientes, con un intervalo medio entre la muerte del individuo previo y el nacimiento del niño de unos 16 meses, la mayoría de los cuales recuerdan muertes violentas o accidentadas. Hasta la fecha se han investigado unos 2500 casos repartidos por todo el mundo, algunos de los cuales recuerdan también memorias de eventos acaecidos entre las dos vidas, como su propio funeral o acontecimientos familiares posteriores a su muerte-nacimiento. Ciertamente la perplejidad inicial ante las sorprendentes historias de estos niños va dejando paso a un cuerpo de evidencia sobre la supervivencia de la conciencia después de la muerte, evidencia de que memorias, emociones e incluso traumas físicos en forma de marcas de nacimiento, permanecen de una vida a otra a través de un mecanismo que hoy por hoy nos resulta completamente desconocido.

Pero lo que Stevenson ha demostrado desde un punto de vista empírico es que la mente puede existir separadamente del cuerpo físico y sobrevivir a la muerte. ¿Pero cómo? Si todavía hoy el proceso de la consciencia sigue siendo inexplicable para legos y expertos, ¿cómo vamos a intentar comprender y estudiar las experiencias cercanas a la muerte, o la reencarnación? La cuestión de la vida después de la muerte sigue esperando mayor atención por parte de la ciencia, y quizás uno de los principales retos a los que la humanidad haya de responder.

Quizás si algún día el trasplante de cerebro resulta posible, de nuevo veremos este tipo de cambios de gustos y personalidad en el receptor, pero muy probablemente el mecanismo será el mismo que el ya descrito. El órgano del donante puede suministrar información al receptor a través de un mecanismo no local. El nexo entre donante y receptor podría ser el de la conciencia y no a través del tejido. Si la mente puede actuar independientemente del cerebro, también podría funcionar in dependientemente del resto de tejidos, incluyendo el corazón. Larry Dossey sugiere que quizás la conciencia del donante sintonice con la del receptor a través del mecanismo de la mente no local. En condiciones normales existen conexiones mentales no locales entre las mentes, especialmente en algunos tipos de interrelación como en el caso de las madres con sus hijos, de los enamorados, de los hermanos gemelos, o simplemente del perro que sabe cuando vuelve su amo a casa antes de que abra la puerta. Para Doc Childre nuestro ADN es una antena capaz de sintonizar y demodular la información contenida en el vacío cuántico, un campo fuera del espacio-tiempo con capacidad de activar información epigenética dimensional que es transducida mediante una oleada de moléculas al organismo físico que lo encarna. Para Candace Pert, la mente no reside en el cerebro, sino que existe en todo el cuerpo. Ambos se comunican a través de las moléculas químicas que ella ha estudiado, los péptidos de la emoción, que se encuentran igual en el cerebro que en el estómago o en el músculo. Mi amigo más vegetariano está convencido de que lo mismo sucede con las moléculas de los alimentos, sean una planta o un animal, si bien los péptidos y hormonas del terror y el estrés de su muerte, corticoides y adrenalina, puedan ser parcialmente inactivados al cocinarlos. Rupert Sheldrake describe campos no físicos de información, que inciden sobre sistemas organizados capaces de descifrar su mensaje. Este es el mecanismo de funcionamiento del efecto no local del cuerpo, la mente y la consciencia. Religión y ciencia moderna, física cuántica y misticismo, el conocimiento ancestral de culturas milenarias y la neuroteología, todas ellas parecen ir convergiendo poco a poco hacia la concepción de un campo de información que conecta el mundo espiritual con nuestras propias consciencias.

Ciertamente, la sanación a distancia, la oración, la telepatía o la clarividencia no pueden ser explicados por la teoría electromagnética convencional. Necesariamente en estos procesos el mecanismo de transmisión de energía ha de ser de otra índole, más sutil. Los modelos propuestos hasta ahora recurren a la mente no local y suponen que un incremento en la coherencia de los campos electromagnéticos cardiacos pueden producir efectos no locales. El cerebro no es la mente. Lo que llamamos mente es en realidad una manifestación del flujo de energía que existe principalmente entre el corazón y el cerebro, en continuo desarrollo, influenciada por las interacciones con el mundo exterior e interior. Y a partir de ahí ya podemos recibir el regalo de la consciencia, esa emanación del cuerpo-mente conectada a una red no local. Y esto es lo que ocurre para Larry Dossey, que las conciencias del donante y receptor de un trasplante se unen permitiendo al último conectar a nivel no local con el primero, especialmente si el órgano tras- plantado es el corazón, un órgano muy especial, con capacidad intuitiva, perceptiva, pensante y de conexión a nivel energético y no local.

Y entonces, ¿somos cuerpos con experiencias espirituales o espíritus encarnados?. La idea de que la materia produce la energía, esta la información y esta la conciencia, se ajusta al camino de la evolución, aunque sea una evolución ampliada, que no solo incluya la biología sino también el espíritu, en busca de mayores niveles de conciencia, esa superconciencia que nos propusiera Teilhard de Chardin como noosfera, una colectividad armonizada de conciencias o punto omega. Pero el camino inverso, el de la involución, supone considerar que es la información el patrón de la forma y la estructura, y que es através de la energía como se crea la materia. Esta es la alternativa a la memoria celular, la mente no local, que explica a la vez los fenómenos postransplante y la reencarnación, que implica la asunción que cada célula, tejido u órgano sirve como receptor de la información arquetípica ligada a la energía que contiene.

Quisiera acabar este escrito recordándote querido lector, la conveniencia de vivir desde el corazón. No podemos cabalgar nuestro corazón como un caballo desbocado en pos de metas imposibles. Pero si conducirlo con paso firme, con paciencia y serenidad, atentos y despiertos, como a lomos de un águila deslizándose por el cielo. Prestar atención al corazón no es una forma de hablar, hazlo físicamente, intencionalmente, céntrate en tu corazón a la hora de dar un abrazo, de mirar a los ojos o de superar una difícil situación. La inducción intencional de un estado emocional positivo, como puede ser el agradecimiento, aumentará tu coherencia cardiaca y armonizará el patrón de aferencia cardiaco hacia tus centros cognitivos y emocionales cerebrales. Y no solo eso... quizás consiga abrir un nuevo espacio de consciencia, allí donde una nueva luz ilumine el camino de regreso a ese paraíso perdido de donde nunca debimos salir.

No hay comentarios: