¿Quién no ha ocultado alguna vez su verdadero “yo” por miedo
al qué dirán, por temor al rechazo o a ser criticado? Deseamos ser aceptados
por la sociedad, y muchas veces no nos mostramos como verdaderamente somos sino
que tratamos de dar la mejor imagen posible.
¿Merece la pena no ser uno mismo? Rotundamente no, porque
hagamos lo que hagamos, nos mostremos como nos mostremos, siempre habrá gente a
la que le caigamos mal. Entonces como de todas maneras vamos a tener a personas
que nos critiquen, ¿para qué fingir ser alguien diferente?, hasta cualquier
actor guapo y famoso va a tener un público en contra, sería poco lógico no ser
uno mismo para tratar de agradar, porque eso jamás se consigue por completo.
Lo mejor de ser uno mismo es que además de que podemos ser
auténticos y eso aporta bienestar, las personas que nos aceptan lo están
haciendo por lo que somos de verdad, porque quien intenta agradar, tarde o
temprano tendrá que dejar de aparentar.
Ser aceptado sin ser uno mismo provoca malestar, debido a
que estaríamos reprimiendo una parte de nosotros y nos convertiríamos en
esclavos de los demás, en cambio ser aceptado siendo uno mismo provoca una gran
liberación.
Jamás deberíamos intentar agradar ni cumplir las
expectativas de otros, ya que cuando logremos gustar por lo que realmente
somos, encontraremos relaciones verdaderas y satisfactorias.
DIFERENCIAS ENTRE MI “YO” Y EL QUE ENSEÑO AL MUNDO
Reflexionemos para darnos cuenta de si estamos siendo nosotros
mismos. Tendemos a querer ser perfectos ante la gente y eso no es necesario
porque curiosamente la gente se siente más a gusto ante personas humanas e
imperfectas.
Cuanto más en concordancia esté nuestro verdadero yo con lo
que mostramos a los demás, más satisfacción y buenas relaciones obtendremos.
Vivir una vida de apariencias, provoca infelicidad, ¿Qué es mejor? ¿Caer bien y
ser infeliz?, ¿O caer mal y ser feliz?
Antepongamos siempre nuestra felicidad como prioridad,
porque nadie va a vivir la vida por nosotros y la opinión exterior no tiene
importancia.
A cuántas personas habremos rechazado por no ser ellas
mismas… cuántas nos habrán mentido para parecer mejores y a lo mejor nos
hubieran gustado por lo que eran de verdad. Si alguna vez nos rechazan, por lo
menos que sea de verdad por lo que éramos y no por lo que hemos fingido, ¿no
creéis? Porque al final por mucho que nos pongamos una careta, ésta tiene que
caer un día u otro.
LIBERARSE DE LO QUE LOS DEMÁS ESPERAN DE NOSOTROS
La clave para poder ser uno mismo, es que no nos importe lo
que los demás esperan de nosotros, eso no es importante porque jamás podríamos
complacer a todo el mundo. No tenemos que estar dentro de los patrones ideales
de nadie, somos como somos y es mejor mostrarlo lo antes posible para atraer a
personas afines.
¿Esperan de nosotros que seamos educados, ordenados y
simpáticos? Que mas da, hemos venido a esta vida a ser felices y no a complacer
a los demás, es mejor que nos mostremos como somos y eso nos hará sentir
auténticos y sobretodo se nos acercará gente que nos quiera como somos.
LA RECOMPENSA DE SER UNO MISMO
No hay nada más gratificante que tener alrededor a personas
con las que podamos ser nosotros mismos, enseñando nuestros defectos y aún así
sentir que nos quieren y nos aceptan. Eso es mucho mejor que ser lo que no
somos y gustar a cientos de personas, porque eso sería vivir para los demás, ya
que por mucho que engañemos a la gente, no nos podemos engañar a nosotros mismos y la incomodidad interior
aparecerá por mucho que nos acepten los demás.
Practica el arte de ser auténtico, aparte de que te aportará
bienestar y liberación, atraerás relaciones estables, duraderas y
satisfactorias.
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