Pueden ser cambios en su aspecto, conducta, rutina, metas o
ideas. Las circunstancias, las opiniones ajenas y a veces los medios de
comunicación han contribuido a nuestras ideas preconcebidas respecto a quienes
nos rodean.
Que un joven vista con cuero y botas de militar no significa
que sea un posible delincuente, del mismo modo que una viejecita de cabellos
plateados no tiene por qué ser dulce y agradable; no obstante, la costumbre de
encasillar a las personas puede llevarnos a juzgar a la gente según su aspecto
físico.
Si pretende convertirse en una persona asertiva, debe
ponerse la meta de cambiar algunos aspectos de su carácter o de su vida. Puede
cambiar su forma de vestir, ir a la escuela nocturna o cambiar su conducta en
determinadas situaciones. Empiece ahora y elija algún aspecto de su vida que
desee cambiar. Refuerce su compromiso escribiendo los detalles del cambio que está
proyectando:
. ¿Qué cambio intento hacer?
. ¿Con qué problemas me voy a encontrar?
. ¿Cuáles serán los beneficios?
. ¿Cuándo voy a empezar?
LA COMUNICACIÓN
La persona asertiva es buena comunicadora, (que reconoce la
importancia de la opinión ajena, sabe escuchar). Esto implica comprender no
sólo lo que se dice, sino también la comunicación no verbal (lenguaje
corporal). Tiene la capacidad de iniciar y mantener una conversación con calma
y diciendo lo que verdaderamente siente.
Dado que la comunicación es tan primordial, es importante
darse cuenta de que las «conversaciones insignificantes» también tienen su
importancia. No hemos de estar siempre hablando de temas trascendentales.
Las charlas triviales sobre el tiempo, las vacaciones o los
niños son una forma de crear un vínculo con los demás. Las personas que no se
pueden comunicar a este nivel sólo pueden «hablar a» en lugar de «hablar con».
Puesto que a nadie le gusta que siempre le estén sermoneando, es fácil que se
genere resentimiento en el receptor.
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