La sociedad española en deuda con los voluntarios.
Los cinco millones de
voluntarios han sido claves en la atención a las víctimas de la crisis
económica.
Los 1.928 voluntarios
del Teléfono de la Esperanza realizaron su aportación a este esfuerzo común de
las ONGs.
La sociedad española ha aprendido a convivir con la crisis
económica y se ha familiarizado, en estos años, con conceptos como la prima de
riesgo, los intereses de la deuda, el PIB, las preferentes y lo más diversos
índices económicos. Las ONGs han realizado un esfuerzo por trasladar a la
sociedad el rostro humano de las cifras y datos
macroeconómicos.
Mientras los medios
nos transmiten la mejoría de la economía española, las organizaciones
humanitarias han realizado un esfuerzo por
mostrarnos el drama de las víctimas de la crisis, para ellos,
desgraciadamente, los buenos tiempos no han llegado.
Como botón de muestra, escuchemos algún titular de los
informes de Cáritas, Cruz Roja, Unicef y Teléfono de la Esperanza:
El 25% de la población en España vive en situación de
exclusión y cinco millones de españoles se encuentran en exclusión severa.
Uno de cada tres niños de nuestro país (2,7 millones) viven
en la pobreza o en riesgo de exclusión.
Se ha producido un incremento del 19,4% del trastorno
depresivo, un 8,4% de la ansiedad, un 6,4% de la crisis de angustia, un 4,6% de
la dependencia del alcohol.
El 35% de los 2,4 millones de personas que atiende Cruz Roja
en España no puede afrontar gastos médicos que ya no cubre la seguridad social
o el copago de los mismos y el 1,5%, 36.000 personas, carece de tarjeta
sanitaria, es decir, no tiene derecho a la atención primaria.
El número de parados que no cobran prestación alguna alcanzó
su máximo histórico. 2.981.000 de personas en paro no reciben ayuda alguna.
A menudo, en nuestras tertulias cotidianas en el bar o en el
supermercado, nos hemos preguntado en relación con la crisis y sus víctimas:
¿Cómo es posible que esto no estalle? ¿Cómo se conserva la paz social en un
país con 5.427.000 desempleados y con 1,83 millones de familias con todos sus
miembros en paro? ¿Cómo sobreviven todas esas personas?
Las familias, y muy especialmente los jubilados, son los
principales protagonistas del mantenimiento de la paz social y de la atención
de los arrinconados por el estado de bienestar en nuestro país. La solidaridad intrafamiliar ha sido clave en
medio de la crisis para sustituir las múltiples deficiencias del estado de
bienestar. No en vano el barómetro del CIS nos indica que la familia sigue
siendo la institución mejor valorada por los españoles, situándose siempre su valoración por encima del 9 en una
escala de 0 a 10. Además, para el 83,3% de los encuestados en este indicador,
el entorno familiar es el aspecto más importante de sus vidas junto a los
amigos.
En segundo lugar, las ONGs españolas, y especialmente sus
cinco millones de voluntarios, han sido claves en la atención de las víctimas
de las crisis económicas. A pesar de la disminución de la financiación pública,
las organizaciones no gubernamentales han redoblado sus esfuerzos para
concienciar a la sociedad, impulsar la solidaridad y atender a parados,
familias sin recursos, niños en dificultad, personas sin techo, víctimas de la
violencia de género, emigrantes, desahuciados de sus viviendas y personas
afectadas gravemente en su salud mental como consecuencia de la crisis.
Vivimos en una sociedad donde la práctica totalidad de las
instituciones están en crisis y la corrupción ha puesto en tela de juicio a
partidos, sindicatos, funcionarios, organizaciones empresariales, instituciones
financieras…En medio de tanto malestar y desánimo, las ONGs y sus voluntarios
mantienen su prestigio como un referente
ético y son altamente valoradas por el servicio que prestan a la sociedad
española. El Informe SOMOS 2014, impulsado por la Asociación Española de
Fundraising con el apoyo de Bain, no deja lugar a dudas:
A pesar de la situación económica actual, el número de
españoles que colabora con una ONG ha crecido durante los últimos años: de 7,1
millones en 2010 a 7,5 millones en 2014.
Los socios regulares de las ONG españolas han crecido un 5%
en los dos últimos años situándose en 3,7 millones.
Según el Barómetro de CIS el 80% de los españoles confía en
el trabajo de las ONGs y las califican como la institución mejor valorada.
Sin duda, la sociedad española está en deuda con sus cinco
millones de voluntarios. Su trabajo altruista y desinteresado ha sido clave
para paliar el sufrimiento de miles de españoles y para dotar de medios a los
abandonados por el estado de bienestar. Este Día Internacional del Voluntariado
es una buena ocasión para rendirles homenaje y agradecerles el gran servicio
prestado.
El Teléfono de la Esperanza, con motivo de esta celebración,
quiere agradecer a sus 1.928 voluntarios el trabajo realizado en estos tiempos
difíciles, especialmente, por su escucha y atención al sufrimiento de las
víctimas de la crisis:
- El Teléfono de la Esperanza atendió 112.246 llamadas en 2013. La media de duración de cada llamada fue de 15 minutos.
- El 35% de las llamadas tuvieron una relación directa con la crisis económica.
- Se atendieron 1.591 llamadas de temática suicida de las cuales en 62 de ellas el llamante declara que el acto suicida está en curso.
- Se previnieron suicidios atendiendo 9.046 llamadas de personas con crisis depresivas y 3.267 con crisis vital y de sentido.
- La temática más común fue la soledad y el aislamiento con 11.381 llamadas.
- Los trastornos de ansiedad, tercera temática, supusieron 7.957 llamadas.
- El 86% de los llamantes expresa satisfacción y gratitud por el servicio recibido.
Los voluntarios del Teléfono de la Esperanza dedicaron, el
último año, 27.999 horas a la escucha
activa.
Los voluntarios expresan su satisfacción por el servicio
ofrecido en el 83% de las llamadas.
Los voluntarios del Telefono de la Esperanza aportaron su
grano de arena a la gran aportación de
las ONGs a la sociedad española.
Un
aplauso para ellos y para los cinco millones de voluntarios que cada día se
solidarizan con el sufrimiento humano y trabajan por una sociedad más justa.
Mucha gente pequeña,
haciendo cosas pequeñas,
puede cambiar el mundo.
Eduardo Galeano
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