lunes, 15 de febrero de 2016

¿Eres perseguidor, víctima o salvador?


¿Eres perseguidora, víctima o salvadora?
Cuando tenemos un conflicto en nuestras relaciones personales (con la pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo), muchas veces repetimos una y otra vez la misma dinámica. Los psicoterapeutas la llamamos juegos psicológicos, porque en algunos aspectos se parecen a los juegos de la vida cotidiana. Pero, a diferencia de los juegos de mesa, los juegos psicológicos son inconscientes. 

En los juegos psicológicos, los participantes juegan en uno de estos tres papeles básicos: Perseguidor, Salvador o Víctima.

Todas jugamos a juegos psicológicos. Y todas adoptamos un papel preferido, pero también jugamos desde los otros dos. 

Estos 3 papeles se representan así en el llamado Triángulo Dramático:



¿Con qué papel te identificas más?

  1. Perseguidor. Critican, desvalorizan, necesitan tener razón, necesitan que les teman, buscan siempre los fallos. Persiguen y culpan a las Víctimas y critican la actitud de los Salvadores. Son personas que internamente se sienten inferiores y  necesitan controlar mediante amenazas, orden, rigidez. Su lema es "pisa antes de que te pisen".
  2. Víctima. Estas personas se quejan constantemente de su suerte y niegan su responsabilidad en sus circunstancias adversas. Se ven incapaces e incompetentes e intentan que otro venga a "salvarles" y a darles la solución de sus dificultades. Básicamente, quieren que otro se haga cargo de su vida. 
  3. Salvador. Se dedica a satisfacer constantemente las necesidades de los demás para sentirse imprescindible, pero acaba resintiéndose y pensando que los demás son unos desagradecidos. Es la típica persona que diría: "Después de todo lo que he hecho por ti..."

Papeles falsos y auténticos
Es importante diferenciar entre los papeles falsos, que son distorsiones de los papeles auténticos, que también se presentan en la vida real. Te pongo unos ejemplos:

PERSEGUIDOR
Auténtico: La policía que persigue a un delincuente
Falso: Un miembro de la pareja que descalifica al otro
VÍCTIMA
Auténtico: Un refugiado que huye de la guerra
Falso: Alguien que se queja de otro y no hace nada por cambiar la situación
SALVADOR
Auténtico: Un médico que salva la vida de un paciente
Falso: Una madre que le hace los deberes a su hijo

Todas jugamos a todo
Puesto que estos papeles falsos son tóxicos y nos dañan a nosotras mismas y a nuestras relaciones, lo que hacemos es intentar cambiar de papel, creyendo que así nos sentiremos mejor. Por eso, en la figura del triángulo las flechas van en todas direcciones.

El Perseguidor a veces se siente culpable y pasa a ser Salvador. El Salvador se cansa de salvar siempre a la Víctima y pasa a ser Perseguidor. Y la Víctima, resentida con su Perseguidor o su Salvador, pasará a perseguirlos. Te pongo un ejemplo cotidiano. Entre paréntesis te pongo la inicial del papel que va haciendo cada uno.

Ana: ¡No me puedo creer que te hayas vuelto a olvidar de comprar el pan! (P)

David: Es que he tenido que quedarme más tarde en el trabajo porque fulanito no entendía una cosa y me ha pedido ayuda (S). 

Ana: ¡Siempre te quedas hasta tarde, y ni siquiera me llamas para avisarme! (P)

David: Bueno, también puedes comprar tú el pan, ¿no? ¡Haces jornada intensiva y tienes más tiempo que yo! (P)

Ana: ¡Menuda jeta, tú vas 3 veces a la semana al gimnasio y yo ninguna! (P)

David: Ya sabes que me duele mucho la espalda y el médico me dijo que tenía que nadar... (V)

Ana: Bueno, si quieres, después de cenar te hago un masaje (S).

David: ¡Déjalo, no quiero que luego me pongas cara de perro toda la semana! (P)

​¿Cómo puedes salir del Triángulo Dramático?
Para salir de este triángulo tienes que crear nuevos papeles, funcionales. A este nuevo triángulo le llamamos Triángulo del Ganador.

Si eres más Perseguidora debes aprender a ser Asertiva. El aprendizaje está en  autoafirmarte ante los demás sin necesidad de sentirte superior. Debes aprender a resolver tus conflictos negociando, pedir lo que necesites, decir que "no" a lo que no quieres hacer, expresar tu malestar si la conducta del otro te está resultando inaceptable y ver cómo puedes llegar a consensos.

Si eres más Salvadora debes aprender a ser una Ayudadora empática. El aprendizaje está en preocuparte de los demás pero entendiendo que el otro tiene que encontrar los recursos para resolver sus propios problemas. La ayudadora empática escucha al otro y también a sí misma (sus necesidades). Espera que el otro pida ayuda y no adivina lo que el otro necesita, sino que se lo pregunta.

Si eres más Víctima debes aprender a ser Vulnerable/Responsable. El aprendizaje está en entender que, por supuesto, eres vulnerable y puedes tener problemas, pero te responsabilizas de ellos desde una posición adulta. Aprende a buscar ayuda en profesionales, o en familia y amigos, pero sin pasarles la responsabilidad de que te den la solución. Tú creas tu propia fortaleza interna, tú generas tus propios recursos para ser feliz.

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